Muchos de nosotros, pensábamos que teníamos controlada nuestra forma de beber o que nadie se daba cuenta de lo desordenada que teníamos nuestra vida. Siempre pensamos que no éramos como los demás, hasta que aprendimos la verdad acerca de la enfermedad del alcoholismo y la necesidad de mantenernos sobrios, sin tomar una sola gota de alcohol.

Los que ya gozamos los beneficios de Alcohólicos Anónimos, sabemos lo difícil que es seguir una “vida normal” y decir que no a la primera copa. Nuestra bebida estaba conectada con muchos hábitos, grandes y pequeños. Algunos eran mentales, es decir las cosas que sentíamos en nuestro exterior; otros eran sólo por actitud. Sea cual sea la situación, debemos evitar a toda costa tomar ese primer trago, por tal motivo aquí te compartimos algunas experiencias que a nosotros nos han ayudado, tu disposición y uso común te permitirán su aplicación.

En nuestros días de bebedores se nos presentaban frecuentemente épocas tan malas que jurábamos: nunca más. Hacíamos promesas por términos tan largos como un año, o le prometíamos a alguien que no volveríamos a tocar el licor durante tres semanas, o por determinado tiempo. Pensamos que la promesa de no beber se aplicaba únicamente al “trago fuerte”, y no a la cerveza o al vino. Es verdad que entre nosotros hubo quienes lograron abandonar completamente el alcohol y mantener sus promesas hasta la fecha que habían fijado como límite. Sin embargo a esto le seguía el paso a una gran inundación de bebida y se encontraban nuevamente en dificultades, pero en esta ocasión con la carga adicional de una nueva sensación de culpa y remordimiento.

Aunque comprendemos muy bien que el alcoholismo es una condición permanente e irreversible, nuestra experiencia nos ha enseñado a no hacer promesas a largo término respecto a permanecer abstemios. Sabemos que es más realista y más exitoso el decir simplemente, solo por hoy. No importa cuál sea la tentación o provocación, tenemos la determinación de llegar a cualquier extremo que sea necesario para evitar el beber hoy.

Uno de los nuevos hábitos mentales que un alcohólico en recuperación puede desarrollar, es la obsesión calmada de si mismo como alguien que necesita evitar las sustancias químicas, si realmente desea mantenerse en buena salud. Recordemos que tenemos una enfermedad incurable, potencialmente fatal que se llama alcoholismo. Y en lugar de continuar bebiendo, preferimos buscar y utilizar las formas más agradables de vida sin alcohol.